¡Cómo adoro la sensación de desconectar y ver mundo!
En un plan algo improvisado, preparé las maletas y puse rumbo a Venecia; una ciudad cargada de belleza, romanticismo y parajes increíbles. Antes ya había visitado Italia, pero debo confesar que la llamada “ciudad de los canales”, tiene un encanto especial, esa capacidad de volver hacia el pasado, un pasado repleto de arte, música y costumbres, que los venecianos han sabido conservar a lo largo de los años. Por unos días cambié el metro por el “vaporetto”, y la sensación de tranquilidad invadía mi cuerpo, al mismo tiempo que observaba desde el mar las maravillas que me mostraba esta preciosa ciudad. Me instalé en la zona de Lido, en la via Malamocco, un sitio tranquilo, para desconectar del cargado ambiente turístico del centro de la ciudad.